La luminiscencia es la propiedad de un cuerpo en irradiar una luz débil, pero visible en la oscuridad. Al margen de la realidad y la ficción, la idea de una flor aislada, como un ser vivo que irradia luz visible solo en la oscuridad, nos adentra a un mundo que nos lleva a pensar que algo más está pasando al interior de cada flor. Una belleza espectral que hace parte de nuestra propia vida. No es la imaginación, es la realidad, flores de la cotidianidad que existe en lugares comunes de la ciudad de Bogotá, fotografiadas bajo una luz ultravioleta que siempre está presente en la atmósfera pero es imperceptible para el ojo humano. Captar lo que no somos capaces de ver nos hace pensar en la posibilidad de otras realidades, la veracidad de lo que ven nuestros ojos es solo una pequeña parte de lo que realmente hay en nuestro mundo. En ciudades vertiginosas basta con detenerse un momento y contemplar este pequeño universo oculto que hay en frente de nosotros.
Este proyecto fue realizado en conjunto con Andrés Tudela
Serie seleccionada dentro de los finalistas de la beca MAPA en la escuela de artes visuales LENS, en Madrid, España.